Con la celebración del Tour de Francia y la vuelta del ciclismo profesional a las competiciones, nos damos cuenta de la diferencia abismal que hay entre el nivel de un cicloturista y el de un profesional. ¿Alguna vez te has planteado qué es lo que hacen ellos para mover tantos vatios y poder rodar tan rápido?
Entraríamos en el ámbito del rendimiento deportivo, un mundo complejo donde se busca alcanzar el máximo potencial deportivo. Es complejo puesto que hay muchos aspectos y elementos a cuidar y no puede fallar ninguno ya que si no, es imposible lograr un buen rendimiento. Los podríamos enumerar y agrupar de la siguiente manera:
Aptitud física: resistencia, fuerza, velocidad, VO2max…
Aspectos nutricionales: alimentación diaria, suplementación, hidratación…
Psicología: motivación, confianza, capacidad de sufrimiento, disciplina… Bajo mi punto de vista, este es el elemento más importante para el rendimiento deportivo.
Descanso y estilo de vida: dormir, estrés, entorno, trabajo, estudios…
Técnica y táctica: toma de decisiones, saber leer la carrera, habilidad sobre la bici, experiencia…
Suerte: caídas, averías, pinchazos, estar en el momento ideal en el lugar ideal…
Otros elementos: posición sobre la bici (biomecánica), materiales, condiciones climáticas…
Sobre el 100% teórico que seria el máximo rendimiento al que puede optar un ciclista, es imposible otorgarle porcentajes reales (en el gráfico aparecen para que sea más visual) a cada elemento puesto que cada uno somos diferentes y tenemos unos puntos fuertes y unos puntos débiles distintos. A parte que todo esto no es fijo y va variando en todo momento.
Como podemos apreciar, hay algunos elementos sobre los que no podemos incidir pero hay muchos otros sobre los que sí, por ejemplo en la aptitud física. Aquí es donde aparece la figura del entrenador o preparador físico.
La aptitud física que tiene un ciclista depende tanto de su genética como de su entrenamiento. Con la genética poco podemos hacer, igual que va a determinar nuestra apariencia, también va a determinar nuestras capacidades físicas. Una de las frases más conocidas dice “la mejor forma de ser un deportista olímpico, es que tus padres hayan sido deportistas olímpicos”.
Pero en el entrenamiento si que podemos incidir y por suerte, lograr una gran mejora de las capacidades físicas. Está más que demostrado que el trabajo de un entrenador junto a un planning estructurado de entrenamientos genera unas ganancias en el rendimiento deportivo.
Lejos de lo que se puede pensar, la función de un entrenador no se limita únicamente a colgar los entrenamientos semanales en la plataforma correspondiente. Es necesaria una planificación y periodización de la temporada (dividir el año en pequeños segmentos para alcanzar el máximo rendimiento en el momento deseado), seguimiento y análisis de los datos (fundamental para ver la evolución y detectar aspectos a mejorar) y también, una comunicación fluida de confianza.
El tener detrás una persona que esté pendiente de ti y de tus entrenamientos, te va a ayudar a mejorar ya no sólo físicamente si no que también, va a crear una mayor adherencia a los entrenamientos, una mayor disciplina e incluso una mayor motivación al lograr los objetivos propuestos. En muchas ocasiones un entrenador tiene que hacer de “psicólogo”.
Podríamos decir que un planning de entrenamientos como tal, es un mapa que indica el camino a seguir pero sin un entrenador que nos guíe continuamente y nos redirija, corremos el riesgo de perdernos. Aunque continuamente se publiquen libros y artículos sobre el entrenamiento (lo cual es buenísimo puesto que todavía nos queda mucho por conocer), no hay nada que reemplace el trabajo personalizado con un entrenador. Es ponerle un toque humano a la ciencia que se aplica en el entrenamiento.
Como hemos visto anteriormente, alcanzar el máximo rendimiento deportivo es algo complejo por lo que tenemos que intentar mejorar todo aquello que esté en nuestras manos. La figura de un entrenador es algo fundamental y está recomendado para todos niveles, desde iniciación hasta profesionales. De hecho a menor nivel, es cuando más se evidencian las mejoras.
Por supuesto, no hay que dejar de lado el componente de salud ya que el ejercicio físico planificado, va a ayudar a mejorar el organismo y el bienestar.
Por desgracia como ocurre en otras profesiones, en este campo hay mucho intrusismo laboral. Nos encontramos casos de deportistas que por el simple hecho de tener experiencia en el deporte creen que pueden ejercer tal labor pero no es así. Es importante a la hora de contratar un entrenador o preparador físico que tenga la formación universitaria correspondiente (INEF o CAFD) junto a la experiencia en el entrenamiento de deportistas.
Para terminar la publicación, esta frase representa todo lo que he querido trasmitir en estas páginas: Los atletas son como estudiantes y los entrenadores son como profesores; un estudiante talentoso e inteligente tiene las herramientas para aprender, pero necesita un temario y una orientación profesional para convertirse en un buen escolar.
Alberto Carabantes
Preparador físico en EntrenamientoCiclismo
Técnico Rendimiento RFEC
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